Alice Wattelet.

Situada en el centro de Bélgica, Ottignies es una comuna francófona en la provincia de Brabante Valón, en Valonia. Con una fuerte influencia ferroviaria, la ciudad tiene un gran potencial de desarrollo.

Recientemente fusionada con la ciudad de Louvain-la-Neuve, se vuelve esencial vincular estas dos ciudades no solo por su nombre sino también por sus límites físicos. ¿Cómo trabajar la urbanidad teniendo en cuenta cuestiones ecológicas, sin intervenir violentamente?

Nuestra intervención se centró en el trabajo de la vegetación. Nuestro sitio, un terreno industrial aislado entre dos vías férreas, tiene como único vínculo natural con Louvain-la-Neuve, la madera de los sueños. El establecimiento de un parque como lugar unificador de la ciudad, respondiendo al de Louvain-la-Neuve.

Su propósito, su continuidad se materializa en la forma de un lugar de aprendizaje y de intercambio en torno a la artesanía, invitando a la ayuda mutua y el intercambio de conocimientos. 

Al igual que el parque, pretende federar una nueva forma de intercambio entre los diferentes habitantes.

Por lo tanto, para combinar los encuentros, la movilidad y la ecología, la intervención se desarrolla en la forma de un mantel habitado, un espacio público al aire libre que reúne diferentes escalas de movilidad suave y respeto por las cuestiones ecológicas (proscripción del automóvil, excepto emergencia o caso excepcional).